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domingo, 20 de mayo de 2018

2018, Mayo 20 - escultura terminada

Terminé de introducir todos los componentes en el volumen espejado que ocupa el centro o núcleo de la esfera "pelotedra I". En éste se alojan:
1 Batería LiPo de 7.4V y 2200mAh recargable
1 placa Arduino nano con el correspondiente software de control general
2 Sensores PIR de movimiento
1 Sensor Acelerómetro
1 interruptor de encendido general
1 cable mini-USB a USB standard para cambios que haya que hacer en la programación del microcontrolador

Quedan por fuera de este poliedro el cable USB, el cable de recarga de la batería y los 3 grupos de 4 Leds cada uno: rojo, verde y azul.


Al comenzar su funcionamiento se encienden al 100% de intensidad los LEDs rojos como diciendo "aquí estoy", luego si algo o alguien se mueve alrededor y es captado por los sensores PIR, titila por lapsos randómicos en color verde indicando que sabe que no está sola.
Luego, si alguien o algo la empuja o patea comienza a funcionar el acelerómetro que le indica a los Leds azules encenderse en un valor de 8 bits de profundidad de color, gracias al mapeo que realiza el software entre los valores de 9 bits que arroja el acelerómetro y la capacidad de respuesta cromática pwm para la intensidad de los Leds.


Para mejorar la luminosidad y, de alguna forma volver menos visible el poliedro interior que alberga todos los componentes electrónicos, toda la superficie del mismo está espejada con vinilo autoadhesivo. De este modo, no sólo se oculta un poco a la visual sino que además refleja gran parte de la luz que emiten los LEDs.
Este es el primer video de prueba que hice, para evaluar la respuesta al trato y el funcionamiento del software (en esta instancia aun no tenía activada la respuesta del acelerómetro y los LEDs azules).
Por pruebas que hice luego, pude comprobar que es bastante resistente al maltrato... bajó escaleras y soportó una caída de 1 metro de altura. Ya con ello es suficiente para suponer que le irá bien con los niños y las niñas con quienes tiene que interactuar en la etapa final de las performances con sus usuarios/destinatarios.

lunes, 7 de mayo de 2018

2018, Mayo 7 - "parálisis"

Debido al cambio que hice ya hace cosa de 1 mes, de reducir el proyecto a 1 sola escultura robótica "pelotedra", opté por cambiarle el título, con lo que de momento se titula "parálisis".


 
A qué se debe ése y no otro título?
Bueno, básicamente porque la obra, por sí sola, amen de ser totalmente exenta, es incapaz de moverse ya que no hay motor alguno. No obstante, si bien la propuesta proyectual de las performances con niñ@s (lo que hace que la escultura cobre sentido y que éste sea lúdico), la idea es omitir cualquier indicación de lo que tienen que hacer con ella... para esto la programación la mantiene encendida en rojo, para que llame la atención y produzca curiosidad; si alguien se mueve y ella puede verlo (2 sensores PIR de movimiento), entonces parpadea la luz verde, y, si además alguna de las personitas presentes se anima a empujarla, patearla o similar, entonces entra en juego el sensor de posicionamiento tridimensional (acelerómetro) y comienza el descontrol de intensidades y variaciones entre rojo, verde y azul (en esta primer pelotedra, en grupos de leds por separado).
Otro motivo del cambio de nombre es que así tiene más relación con mi vida personal que incidió en todos los cambios que recibió la obra desde 2015 a 2017, un tiempo de parálisis artística, de no tener ni poder tener acceso a mis obras artísticas y menos aun a mi obra de tesis por cuestiones serias de salud.


De esta forma, con este nuevo nombre o título de obra, guarda más relación con el tipo de robots que me atraen hacer: robots que juegan con el error, con la falla o la discapacidad. Como "antis", la instalación robótica participativa para niñ@s que presenté en la muestra FASE 5.0 en el CCRecoleta, 2013.

Definitivamente esta obra me está enseñando muchas cosas, entre ellas a conectar las baterías LiPo cortándoles el conector dado que aquí en Bariloche no consigo ningún proveedor de la ficha de conexión que traen. Además de ello, a simplificar, a retomar ideas pasadas y, a mejorar mi motricidad fina, algo que se perjudicó en gran medida a causa del accidente de 2017 en que me pulvericé la muñeca izquierda.